Tiene 10 años, es bonita, simpática, alegre. Ha superado la muerte de la madre, ya que se ampara en el cariño de Daniel, de su institutriz Jacky y de Francisco, su chofer. Los considera como de su familia pero eso no evita que sueñe con tener otra mamá.
Sin embargo la intuitiva Laurita no siente que esa futura figura materna sea la frívola Victoria, novia de Daniel. Y eso que Laurita ni sospecha que Victoria sólo le finge cariño y pretende enviarla a un internado apenas se case con Daniel.
Laurita, en la escuela, hace un dibujo de su familia futura. En ella dibuja a la mamá que desea, pero le aclara a Daniel: esa figura no es la de Victoria. Laurita reconocerá su futura mamá apenas la conozca, a pesar de que se trate de una perfecta desconocida.
